COLECTIVO ALUMINAR: Ana Flor y Fábio Abbud
Temporada27 / 2024, enero
Bio
Alumiar es un colectivo formado por los artistas Ana Flor y Fábio Abbud, que transitan entre los campos del Arte, de la Gestión y del Patrimonio Cultural desde 2011.
Desde 2013, la Casa de Arte funciona en la ciudad semiurbana de Cristal/RS – Brasil, en los límites entre el centro sur y el sur del estado. La misma trabaja para promover las obras de artistas residentes y asociados, prestando servicios de producción cultural, gestión de proyectos y talleres de arte. Alumiar es la productora responsable por las dos ediciones de Costa Doce Salón de Arte Contemporáneo, ocupando espacios de memoria y patrimonio con arte contemporáneo. El colectivo gestiona la única colección de arte contemporáneo de la región centro-sur del estado de Río Grande del Sur. La reserva técnica abriga una colección de arte contemporáneo de 150 obras de 70 artistas. Seleccionados en la Beca FUNARTE de Movilidad Artística 2023, realizaron una residencia artística en CURADORA -San José Del Rincón/Santa Fe- Argentina. Ana Flor es artista visual, productora, curadora y restauradora de bienes culturales muebles. Es curadora de la Exposición Costa Doce Salón de Arte Contemporáneo y del Día Estatal del Patrimonio en Cristal/RS – Brasil (2019, 2020 y 2021). Fábio Abbud es artista visual y gestor de proyectos centrados en ciclos de Política Cultural. Es el actual presidente del Consejo Municipal de Cultura de São Lourenço do Sul/RS – Brasil.
Proyecto
Algunas cosas serán sacadas de la memoria y contadas en sucesión,
fuera de la cronología, un atlas Mnemosine.
Algunas palabras parecen tener más sentido en español, como
“mirada” y me gusta. Otras podrían decirlas en forma de canción,
una de las muchas que compartimos. Hay algunas que hay que
decir mirando al jardín, otras que hay que decir sin decirlas.
Voy a escuchar cada palabra. Diré algunas más.
También haré mímica y las buscaré en el traductor.
Entonces amanecen los días, primero gris, luego amarillo
y después casa azul. Ana Flor.
Aplicamos a la residencia con el objetivo de desarrollar un proyecto artístico y un proyecto de gestión, ambos todavía incipientes, necesitados de tiempo y espacio de investigación para nutrirlos. El primero es el desarrollo y la mejoría del proyecto Mini- Museo. Se trata de un proyecto de intervención artística en locales públicos mediante dispositivos interactivos producidos por el colectivo. El Mini- Museo es el soporte que abriga obras de arte en lugares insólitos, fomentando el acceso y la democratización del arte. La otra acción propuesta fue capacitar a los miembros del colectivo para producir una residencia artística en el interior de Río Grande del Sur, en la región de la Costa Doce Gaúcha. El colectivo está formulando su propia residencia, titulada Resonar, destinada a promover la inmersión de los artistas compartiendo el taller, experimentando la cultura de los pueblos tradicionales y la vida en los entornos rurales y semi rurales del territorio. El proyecto incluye también acciones específicas de apoyo a la participación de madres artistas: ofrecer estructura física y organizacional para las necesidades de sus hijos, atendiendo a una importante demanda de articulación profesional permanente de mujeres artistas-gestoras y madres.
Pasamos del 28 de enero al 5 de febrero en San José del Rincón, un verano que nos quemaba la piel y el corazón en 2024. El primer día, Cintia y Maxi nos recibieron como dos especialistas que ponen a sus pacientes en el diván y los escuchan. A lo largo del día, el diagnóstico: vives del arte, un arte entero, íntegro y sin partes. No se puede dividir lo que se vive en su totalidad. Curadora es un trabajo artístico y a medida que pasaban los días, pudimos observar lo que hacemos como un todo. Es bonito ver desde lejos, después de volver a Brasil, cuánto se pueden madurar las ideas y a uno mismo cuando se tiene la oportunidad de experimentar las genealogías de ser artista. Cintia y Maxi nos introdujeron en proyectos argentinos y en la gestión de artistas con motivaciones similares a las nuestras. Cuando el escenario es árido y los caminos parecen cerrados, los artistas reaccionan ante este contexto – así nos presentaron lo que ellos llaman Artista Gestores, apropiándose también del concepto de Artista Etc. desarrollado por el artista (etc.) Ricardo Basbaum: «Cuando un artista es un artista a tiempo completo, lo llamaremos ‘artista-artista’; cuando el artista cuestiona la naturaleza y la función de su papel como artista, escribiremos ‘artista-etc.».
Conocer a este concepto fue decisivo para el desarrollo de Mini-Museo, Resonar y las proporciones de lo que serían estos proyectos basados en la no-diferenciación entre producción artística y (auto)gestión. Deshabituar la visión de nuestro territorio oxigenó las ideas preconcebidas de nuestros proyectos y nos permitió encontrar nuevas lecturas fuera del contexto habitual.
Hay barrios sin plazas, ciudades sin museos ni galerías de arte. Mini-Museo pretende ser un proyecto generador de ideas para futuros más fértiles en un local semiurbano. Nuestra tarea es convertirlo en un espacio social comunitario más cercano y amable con sus vecinos y que ofrezca actividades artísticas multidisciplinares. El proyecto surgió de la necesidad de independencia institucional para la difusión del arte y de autogestión en un entorno cuyo contexto presentase adverso. Un Mini-Museo no es solamente un lugar de exposición de obras, sino un trabajo total de articulación entre agentes culturales y vecinos, y de descentralización del arte. Resonar surge de nuestro entendimiento de que la equidad es cuidado, que la amabilidad es catalizadora y que centrarse en los procesos puede ser radical. El desarrollo de nuestra residencia artística prevé acciones descolonizadoras y propone posibilidades de ocupación de los artistas con los niños. El objetivo es articular dinámicas artísticas flexibles y no convencionales en un territorio semiurbano, generando un flujo fluido de producción artística. Pretende ofrecer espacio, tiempo y generosidad como mecanismo para hacer menos individual y solitaria la condición de artistas-gestores.
Tuvimos mañanas de lectura y reflexión. El taller con vistas al jardín nos proporcionó momentos de agradable estudio. Visitamos el Museo Rosa Galisteo y el Museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas. Estar en Curadora fue una oportunidad para la introspección, la lectura, el diálogo y la colaboración. El tiempo y el espacio tienen significados diferentes en Rincón: son pólenes que garantizan el mantenimiento de nuestros propios ecosistemas. La distancia nos permitió decodificar nuestras ideas y leer la continuidad de los proyectos. Necesitábamos alejarnos para redescubrir las distintas facetas de nuestro trabajo artístico. Por ello agradecemos a Cintia y Maxi que generosamente compartieron sus experiencias, su casa, sus libros, su comida y bebida, sus palabras, aunque diferentes en el lenguaje sonaban similares ideológicamente. Y, sobre todo, lo mucho que trajimos de Rincón a nuestro rincón Cristal.
«Tomar distancia nos hace despegarnos de la obra y al volvernos dos podemos hablar». Diana Aisenberg
Regresamos a nuestro taller para continuar con estos proyectos.
La residencia artística de los miembros del colectivo Alumiar fue financiada por la Beca FUNARTE de movilidad artística 2023 – Ministerio de Cultura – Gobierno de Brasil. Esta acción fue posible gracias a la inversión pública en la formación de artistas y permitió el intercambio entre territorios: nos llevamos un poco de Brasil, mientras que cada uno lleva un poco de su propio territorio. Así conocimos Tucumán a través de nuestra compañera de residencia Verónica Galván. Así nos llevamos un poco de San José del Rincón y de Tucumán a Cristal.
Versión en portugués: https://www.alumiar.art.br/telurico
Contacto
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