CURADORA RESIDENCIA

Guilermo Córdoba / Temporada22

Guilermo Córdoba / Temporada22

GUILLERMO CÓRDOBA
Temporada22 / 2022, noviembre

Bio
Nació en Deán Funes (Córdoba, Argentina), en 1982.
Es diplomado en Patrimonio Cultural y profesor de Artes Visuales. También estudió Ciencia Política y RR.II.
Realizó clínica de obra con Lucas Di Pascuale y Ana Gallardo.
Asistió al programa de formación para artistas de Crudo Galería, Taller Compartido (Rosario, 2022) y al programa de formación en Curaduría Independiente de Espacio Cripta y UNT (Tucumán, 2015).
Mostró sus trabajos en exposiciones colectivas e individuales y participó en las residencias para artistas “De lugares y no lugares” (2010) en Ciudad de las artes Córdoba, “El pasaje” (2015) en Tafí del Valle, “Yungas arte contemporáneo” (2015) en Villa Nougués y en “Curadora” (2022) en San José del Rincón.
Recibió el tercer premio en el Salón Regional de Pintura de La Rioja (2016 y 2017), mención en el Salón Nacional de Pintura de Tucumán (2015) y fue seleccionado en el Salón Nacional del Museo Bonfiglioli (2018). Obtuvo la beca bicentenario a la Formación del FNA (2016)
Durante 2016 y 2017, en La Rioja, coordinó la clínica de análisis de obra “Develar”  y organizó “MUELA residencia para artistas”. En Córdoba realizó proyectos de gestión en artes en “El Galpón de las Delicias», en 2019; y en la galería “MOVIMIENTA” durante 2018-21.
Actualmente vive en Córdoba y trabaja en el Museo Tamburini.

Proyecto
La ocupación del espacio y Dibujado para este momento.
Mi proyecto implicaba reflexionar sobre el espacio del taller y sus condiciones de portabilidad. ¿Qué formato es el adecuado para producir pinturas y dibujos, en un contexto variable, de  dispersión, de viaje, de recorrido por diferentes geografías? ¿Es el espacio un material más?  ¿Es mi archivo personal un espacio de producción? Llegué a Curadora para continuar una serie de trabajos en papel con un formato portátil que permiten un orden de lectura y visionado. Unas pinturas y dibujos que, por la naturaleza de su  formato, puedan leerse pasando las hojas como si fuera un libro o cuaderno. Intentaba vincularlas a lo  táctil, al movimiento y a cómo llenar un espacio vacío. Tratar de responder esas preguntas desde la práctica significó trabajar en blocs de papel, en bitácoras y cuadernos de trabajo que llevé conmigo a San José del Rincón, donde visualmente me centré en la transparencia, la trama, el grafismo, el color y la superposición. Utilicé tinta, acuarela, marcadores al alcohol, marcador de acuarela, microfibras de tinta pigmentada, tiza pastel y barras de óleo. En otros trabajos con papel utilicé el packaging y diseño de algunos productos locales que me llamaron la atención: calqué un papel de envoltorio de cítricos Morresi, una botella de agua Estambul y una caja de cacao El Quillá.
Pero también seguí una línea más azarosa. Con Dana salíamos diariamente a recorrer la zona, la Laguna Setubal primero, y luego las calles de arena cercanas a la casa. Dibujé sobre el camino con una corteza de eucalipto que parecía el brazo de un robot. Dana me señaló el ojo del poeta, unas florcitas en un cerco.  Con el material que recolectamos surgió otra producción. Una serie de ensambles y agrupaciones donde utilizamos restos de poda de palmera y de pinos, hojas y flores, recortes de cartón, nidos de avispas alfareras, cuero seco de culebra, alambre, lentejuelas metalizadas, pedazos de plástico con pintura reflex y otros de colores, celofán oscuro que reflejaba la luz, piedras, semillas, arena, restos de manguera flotante, aluminio, venecitas, una chapita con la palabra GALAXIA.
En una cena Maxi contó algo sobre los ríos y yo anoté la frase patrón fluvial. En las mañanas, Cintia hacía el ritual del mate. Una secuencia que incluía ponerse botas de goma, revisar y regar las plantas y la vueltita con Picante, el perro. Teníamos el hábito de compartir lecturas en voz alta.  Primero Julia y después Agustín, leyeron fragmentos de El Sentido artístico de los animales, uno de los libros que yo había llevado. Estábamos en el jardín y sobre nuestras cabezas, una nube de alguaciles volaban juntos sin dejar huella.

Contacto
guigce.cordoba@gmail.com
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@guigce