MARÍA LUQUE
Temporada8 / 2014, diciembre
Bio
Nació en Rosario (Argentina), en 1983.
Exhibe sus trabajos tanto individual como colectivamente desde 2005 en museos y espacios independientes de Argentina, Chile, Perú, México, España y Alemania.
Formó parte de proyectos grupales, como el Espacio de Arte Cordón Plateado (2006-2009) y Espacio WIP (2010-2011).
Participó del I Encontro de Artistas Novos, Cidade da Cultura (Galicia, 2011), de las Residencias São João (Río de Janeiro, 2012) y Residencia En Tránsito, Pequeño Aeropuerto (Córdoba, 2013).
Recibió una mención en el IV Catálogo Iberoamericano de Ilustración (México, 2013).
Desde 2011 lleva adelante el proyecto Merienda dibujo, generando encuentros que giran en torno a la práctica del dibujo en diferentes ciudades, del que ya participaron más de 100 dibujantes.
Proyecto
Pasé todo el 2014 con el pintor Cándido López, leyendo sobre su vida y conociendo su obra. Lo fui a visitar al Museo Nacional, donde tiene una sala solo para él. Cuando el guardia de seguridad se alejó me acerqué a su autorretrato y él me guiñó un ojo. Sentí que me estaba dando permiso y que me alentaba para empezar mi proyecto.
Cándido dibujó cada detalle de la Guerra del Paraguay, cuando no tenía lápiz usaba carbón, cuando se le terminaba el papel usaba el que tenía para armar cigarrillos.
Hacía bocetos de los preparativos de las batallas, de los campamentos y del paisaje, sentado en un tronco o subido a un mangrullo. Los que lo vieron dicen que cuando dibujaba parecía un sonámbulo, indiferente a todo lo que pasaba alrededor.
Mi tatarabuelo Teodosio cursaba el último año de Medicina cuando fue enviado a la guerra. Durante la batalla de Curupaytí atendió a un soldado herido por un casco de granada, y no tuvo más opción que amputarle la mano para salvarlo.
Ese soldado era Cándido, y la mano que mi tatarabuelo amputó era la que el artista usaba para pintar.
Cándido volvió a Buenos Aires, entrenó su mano izquierda y pudo pintar 52 de los 90 bocetos que había hecho durante la guerra. Una de sus pinturas estuvo durante años abajo de mi cama, quizás por eso o tal vez por estar un poco poseída por la mano que mi tatarabuelo le cortó, Cándido me pidió que termine las pinturas que quedaron inconclusas sobre la Guerra del Paraguay.
Apliqué a la residencia para terminar este proyecto, una novela gráfica. El proceso de trabajo tuvo varias instancias, primero de lectura y de investigación, después empezó la etapa de dibujo.
Durante el transcurso de la residencia terminé de dibujar los últimos dos capítulos del libro. El cambio de escenario me favoreció mucho, al tratarse de un proyecto tan largo el último tramo a veces se hacía un poco difícil. Variar de locación y estar en un entorno diferente a donde trabajo habitualmente fue muy beneficioso.
Pienso que lo mismo seguramente le pasaba a Cándido. Él tomaba apuntes para sus pinturas en los lugares por donde la guerra lo llevaba: Corrientes, Curuzú, Yatay, Tuyutí. A pesar de lo terrible que era la guerra, encontraba en el dibujo una guarida, era el lugar donde podía descansar y sentirse seguro.
Contacto
mariajluque@gmail.com
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