CURADORA RESIDENCIA

María Guerrieri / Temporada23

María Guerrieri / Temporada23

MARÍA GUERRIERI
Temporada23
Residencias espontáneas / 2023, febrero

Bio
Nació en Buenos Aires (Argentina), en 1973.
Estudió pintura y grabado en la ENBAP Pueyrredón,1992-2000.
Participó del Programa de Artistas en la UT Di Tella, 2012.
Desde el año 2000 realiza exposiciones individuales y colectivas en espacios gestionados por artistas, galerías e instituciones.
Entre ellas se destacan Adentro no hay más que una morada, Mamba 2021, Oleos de ping pong, galería Selvanegra 2020, Informe araña, C.C. Recoleta 2016, Muda, galería Braga Menéndez, 2007, Pájaros, Belleza y Felicidad 2002, 4 3 3, Espacio Duplus 2000.
Participa de Geometría Pueblo Nuevo (GPN). GPN ha editado el libro de historietas Ladrones de huevos con la editorial Iván Rosado, 2020.
Conforma el dúo Amigos del siglo XX, grupo dedicado a copiar obras gráficas y pictóricas de artistas modernos, realizando muestras en el espacio Mundo Dios, Museo Macro y Fundación F. Klemm.
Escribió Fuente de chocolate, libro de poemas, cuentos y dibujos, editado por Iván Rosado en 2016.
Ilustró Peras y Manzanas I y II, de Claudio Iglesias, Editorial Libretto. Planta Chingolo, de Silvina Ocampo, Canción Tonta de Federico García Lorca y Los artistas del bosque, de Daniel Link para Planta Editora.
Participó del Salón Nacional de Artes Visuales, 2021, Salón Nacional de Rosario, 2012 y 2014, Premio Klemm a las Artes Visuales, 2020 y 2021.
Becas: Línea Arte Joven del Fondo de Cultura BA, 2004, Beca a la Creación del FNA, 2016 y 2021, Subsidio de viajes Oxenford para investigación de campo en el Jardín Surrealista de Edward James, Xilitla, México, 2019.
Vive y trabaja en Buenos Aires.

Proyecto
Quise ir a la residencia en Curadora pensando en hacer dibujos de personas que estuvieran hablando en lengua de señas, para dibujar especialmente las formas 3 D que se perforan en el aire cuando las manos se mueven y signan pensamientos. Quería decodificar las figuras de los posibles negativos de las señas de las palabras. No quería hacer una representación literal de movimientos ni un manual de señas, sino tratar de captar lo que esa coreografía le hace al aire. Pensaba en el aire como una masa de móleculas y un material que envuelve al cuerpo del hablante. Intentaría captar o inventar dibujando esa forma invisible o escultura de aire que existe cuando alguien habla con sus manos.
Estuve estudiando los últimos cuatro meses de 2022 Lengua de Señas Argentinas porque soy profesora de Artes Visuales en una escuela de sordos y tenía ganas de ver si podía estar en contacto con la lengua si la practicaba dibujando.
Pero lo que hice fue distinto a lo que escribí.
Llevé una caja de lápices de colores y un dibujo inconcluso donde estas inquietudes ya estaban planteadas, pero tenía el fondo vacío y quería completarlo. Solo había hecho una figura humana de color naranja y unos bichos que la miraban.
Lo que sucedió en la residencia fue que el entorno de la arquitectura de la casa y su jardín se fueron colando por forma y color en mi dibujo.
Cada día nadé en la pileta poliedro irregular, y mi cuerpo fue el que quedó envuelto en su masa de agua de color hipnótico. El sonido metálico de la respiración bajo el agua también ayudó a que me quedará ahí por mucho tiempo sola, yendo y viniendo. Estar en la pileta fue estar en una habitación luminosa llena de sutilezas monocromas donde el manto pesado del agua cambiaba la percepción del sonido. Había ahí un cierto vacío sonoro que se me hacía vicio.
A los días de estar en el taller me di cuenta que sus paredes eran naranjas, y que los marcos de puertas y ventanas eran verdeagua como la pileta. Decidí usar ese verde en mi fondo y el mismo marrón de las paredes para otra zona del dibujo.
Rescaté libélulas de la pileta y encontré unas flores en el barrio que eran iguales a las que estaba dibujando. Hice un altarcito en la mesa sumándolos a los restos de lápices acumulados por el sacapuntas.
Caminé por las calles cercanas y saqué fotos a las casas que más me llamaron la atención por su arquitectura de ladrillos medio fantasiosa, y por los usos extraños de algunos materiales de construcción.
Hice un herbario con las plantas y yuyos que encontré en esos recorridos dentro de mi cuaderno de notas. En ese cuaderno tengo escritas cada una de las comidas riquísimas que preparó Cintia durante la residencia.
Con las fotos hice unos dibujos postales de San José del Rincón.
El herbario es mi archivo-recuerdo de esos días.

Contacto
guerrierimaria490@gmail.com
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